Relaciones entre Rusia y la UE

 Las tensas relaciones entre la UE y Rusia

El Alto Representante de Exteriores de la UE, el español Josep Borrell, manifestó ayer en el Parlamento Europeo, ante la preparación, el próximo lunes, del Consejo de Asuntos Exteriores, que se puede decir que los antiguos imperios están volviendo, en referencia a Turquía, Rusia y China, como consecuencia de los últimos acontecimientos internacionales. Las tensas relaciones con Turquía, por su expansión mediterránea en torno a Libia y a las aguas territoriales de Grecia y Chipre; las relaciones comerciales con China y, en el caso que nos interesa, el apoyo ruso a dictadores en antiguas repúblicas soviéticas, así como la manera en que el gobierno ruso muestra su poco respeto hacia la disidencia, están mostrando un desafío a la política exterior que la UE deberá afrontar en un futuro próximo.

Las relaciones Rusia – Unión Europea, se encuentran fijadas en el Título V del Tratado de la UE, relativo a la Acción Exterior de la UE, así como en artículos del Tratado relativos al comercio y a acuerdos internacionales.

Sin embargo, a partir de 2013, la crisis que se desató en Ucrania a raíz de un posible acuerdo de Asociación de este país con la UE, provocó una división interna, entre los que querían romper con sus antiguos lazos con Rusia y los que no. La crisis que provocó enfrentamientos y muertes, culminó en 2014, cuando Rusia invadió la península de Crimea. La situación llegó al extremo de haber enfrentamientos en el este de Ucrania, limítrofe con Rusia, hablándose abiertamente de la guerra del Donetsk, lo que, entre otras muchas muertes, motivó el derribo de un avión comercial en el que murieron cerca de 300 civiles, víctima de un misil de fabricación rusa, en 2015.

A raíz de estos acontecimientos, y especialmente como consecuencia de la anexión de Crimea, la UE impuso una serie de sanciones a Rusia, entre ellas la exclusión de Rusia del G 8, la desvinculación de la adhesión de Rusia a la OCDE y la suspensión de las cumbres bilaterales, así como restricciones al comercio y la importación de productos rusos, o la retirada de los mecanismos europeos de inversión

Y la relación europea con Rusia está lejos de resolverse. La intervención rusa en la guerra siria, la opacidad de las elecciones rusas (que no admiten la presencia de observadores internacionales), la represión sistemática hacia la oposición (demostrada recientemente con el envenenamiento del opositor Navalni) así como la de otros movimientos sociales, cuestionan mucho las normales relaciones entre la UE y Rusia.

A todo ello se ha unido recientemente la crisis en Bielorrusia, donde el presidente Lukashenko, que lleva gobernando desde 1994, ha renovado su mandato tras unas muy cuestionadas, tanto interna como exteriormente, elecciones y que, sin embargo, ha recibido rápidamente el apoyo del presidente ruso, Vladimir Putin.

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