A vueltas con el Brexit
El Reino Unido dejó de formar parte de la Unión Europea, el 1 de enero de 2021, aunque formalmente ese abandono se produjo en 1 de febrero de 2020. Ese año, desde la salida formal a la efectiva, se dedicó a negociar las futuras relaciones entre la Unión Europea y Gran Bretaña.
Aunque hubo acuerdos polémicos, quizás el más polémico, fue la forma de encajar la región de Irlanda del Norte en el Brexit. La historia política de ese territorio británico en suelo irlandés ha sido de un conflicto casi permanente que quedó resuelto con los llamados acuerdos de Viernes Santo, favorecido también por el hecho de que Irlanda y Reino Unido formaron parte de la UE y por tanto, las fronteras irlandesas habían desaparecido.
Con el Brexit, la solución que se encontró para Irlanda del Norte fue la del llamado Protocolo sobre Irlanda del Norte, que evitaba la frontera física entre las dos Irlandas, permitiendo que Irlanda del Norte permaneciera dentro de la UE. Ello suponía que las mercancías, incluidas las británicas, que se introdujeran debían pasar por las aduanas de la Unión. También dejaba en manos de la Asamblea de Irlanda del Norte decidir cuatro años después de la aplicación del protocolo si continuar o no con él.
La imposición de restricciones sanitarias a los productos cárnicos, ya motivó la llamada “guerra de las salchichas”, por las restricciones a los productos cárnicos británicos que llegaban al Ulster. Un nuevo problema se ha creado recientemente con motivo de las elecciones parlamentarias en Irlanda del norte el pasado mayo. El Sinn Fein, partidario de la unificación de la isla, católico y heredero del programa del grupo terrorista IRA, ganó las elecciones, en parte por contar cada vez con una mayor población católica en esa parte de la isla y en parte también por el desánimo de los unionistas, los probritánicos habitantes de Irlanda del norte, que en buena parte quieren liquidar el protocolo. A ello se añade que el Acuerdo de Viernes Santo que pacificó el problema irlandés establece que ambos grupos deben compartir gobierno: el ganador nombrando al ministro principal y el que alcance el segundo lugar, nombrando al viceministro.
La situación ha llegado al punto de que el gobierno británico plantea una renegociación, pero no parece quiera tener en cuenta a la otra parte del acuerdo, es decir, a la Unión Europea
Más información:
https://ec.europa.eu/commission/presscorner/detail/es/statement_22_3698
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