La neutralidad del carbono como objetivo 2050 para la Unión Europea
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2015 en París, la Unión Europea asumió el compromiso de avanzar hacia la neutralidad del carbono en la segunda mitad del siglo XXI. Para limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados, un umbral que el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) considera seguro, es muy importante alcanzar la neutralidad de carbono para 2050. Para conseguir este objetivo, en 2019, la Comisión Europea presentó el Pacto Verde Europeo, su proyecto insignia cuyo objetivo es que Europa sea climáticamente neutra para 2050. Este objetivo se alcanzará a través de la ley europea del clima que busca que la neutralidad climática sea legamente obligatoria en la UE.
Pero nos podemos preguntar ¿qué es la neutralidad del carbono?
La neutralidad de carbono se consigue cuando se emite la misma cantidad de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera de la que se retira por distintas vías, lo que deja un balance cero, también denominado huella cero de carbono. Hay distintas formas de conseguir este equilibrio: la más saludable es no emitir más CO2 del que pueden absorber de forma natural los bosques y las plantas, que funcionan como sumideros de carbono a través del proceso de fotosíntesis –asimilan CO2 atmosférico y lo transforman en oxígeno, con lo que ayudan a reducir las emisiones-.
Un sumidero de carbono es cualquier sistema que absorba más carbono del que emita. Los principales sumideros naturales de carbono son el suelo, los bosques y los océanos. El carbono almacenado en sumideros naturales como los bosques se libera a la atmósfera cuando se producen incendios forestales, cambios en el uso de la tierra o la tala. Por eso es esencial reducir las emisiones de carbono para alcanzar la neutralidad climática.
También se puede reducir emisiones y avanzar hacia la neutralidad de carbono a través de la llamada “compensación de carbono”, que consiste en equilibrar las emisiones emitidas en un sector determinado mediante la reducción de CO2 en otro lugar. Esto puede conseguirse a través de las inversiones en energía renovable, eficiencia energética y otras tecnologías no contaminantes.
El mecanismo de ajuste en frontera por emisiones de carbono es otra vía para reducir la huella de carbono. Con él se pretende fijar un precio a la importación de ciertos productos si vienen desde países cuyos objetivos no son lo suficientemente ambiciosos. El objetivo es evitar la fuga de carbono por el traslado de la producción de las empresas a países con reglas de emisión menos estrictas.
La Unión Europea está comprometida con una política climática ambiciosa. Mediante el Pacto Verde Europeo, Europa sería el primer continente capaz de absorber tantas emisiones de CO2 como produce para 2050. Este objetivo se convirtió en legalmente vinculante cuando el Parlamento y el Consejo adoptaron la Ley del Clima en 2021. El objetivo provisional de reducción de emisiones de la UE para 2030 se incrementó del 40% a al menos el 55%.
La UE está revisando la antigua legislación y estableciendo nuevas leyes que ayudarán a cumplir el objetivo de reducir las emisiones en un 55% para 2030. El paquete legislativo se conoce como «Objetivo 55» e incluye normas sobre el comercio de emisiones, los objetivos nacionales de reducción de emisiones, la eliminación de carbono en el sector del uso del suelo y las emisiones del transporte, entre otras.
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