Visita de Wojciech Stasiewicz, director de Cáritas en Járkov,

 Encuentro de nuestros embajadores juniores y entrevista a Wojciech Stasiewicz, director de Cáritas en Járkov, con motivo de la campaña de solidaridad 2023-2024  

El 24 de febrero de 2022, el mundo entero, y en particular Europa, observó cómo el ejército ruso entraba en Ucrania, comenzando así el mayor conflicto en la región desde las guerras de Yugoslavia. Durante varios meses, hasta un año, era todo lo que salía en las noticias. Sentíamos que estábamos involucrados, sucediendo algo así en un país fronterizo con la UE. Conocíamos los ataques que sucedían, se enviaban ayudas, había protestas contra el gobierno de Putin, y todos nos aprendimos la bandera bicolor, el cielo azul y los campos dorados de trigo. 

Actualmente, más de un año y medio después, tenemos otras preocupaciones. Parece que esta guerra es ya algo del pasado, que acabó y todo ha vuelto a la normalidad. Pero para los ucranianos, esto está muy lejos de finalizar. Ya no todos los días, pero sí todas las semanas, hay ataques sobre la ciudad de Járkov, entre otras muchas. En el Caldeiro hemos contado con la suerte de tener con nosotros, por unos días, al padre Wojciech Stasiewicz, el responsable de Cáritas en esta ciudad. Este lunes, nos ha hablado sobre la situación que están viviendo actualmente. Es un momento de miedo, de incertidumbre, puesto que las alarmas ni siquiera logran sonar antes del impacto de los misiles. La población habitual de dos millones de habitantes se ha visto reducida a un millón, teniendo en cuenta a los refugiados en el oeste, y una considerable parte no es natural de la ciudad, sino que procede de la zona del Dombás. La vida no es sencilla, pero los ciudadanos tratan de volver a una rutina normal, entre toda la destrucción. Los pequeños comercios ya vuelven a funcionar, aunque con falta de personal. La gente, especialmente en los pueblos de alrededor, no pueden acceder a las necesidades básicas. Y algunos aún tienen dinero guardado, el problema es que no hay nada que comprar. Cáritas, al igual que otras ONG, ofrecen a la población toda la ayuda que pueden. Refugio, calor y comida. Sus voluntarios trabajan entregados, muchos de ellos siendo los propios ciudadanos a los que ayudaron en algún momento, y tratan así de devolver el favor. Pero las provisiones del exterior tan escasas han ido reduciéndose con el paso del tiempo. Y sigue haciendo falta ayudas, donaciones. 

Los niños sufren una de las peores partes. Muchos de ellos no llegan a comprender que ocurre, y se ven perdidos, sin hogar, separados de sus amigos, arrastrados fuera de su mundo normal. Muchos quedan huérfanos de padre, o pierden hermanos, soldados luchando en el frente. Las clases han sido recientemente retomadas de nuevo, pero no en colegios, sino en lugares tan inhóspitos como el metro de la ciudad. En Cáritas les acogen en talleres pedagógicos para animarlos, dentro de lo posible. Cómo mencionaba Wojciech, ayudan a cerca de 120 niños. Los encuentros significan mucho para ellos, y les ayudan a asimilar la dura experiencia. Nos hablaba de una niña que, por el estrés, llevaba dos meses sin pronunciar palabra, y que tras un tiempo atendiendo estos talleres, volvió a hablar y jugar. Pero los niños necesitan jugar, estar en espacios abiertos, con compañía. Y es con estas intenciones que Cáritas está llevando a cabo la reconstrucción y habilitación de un centro para estos niños puedan tener un momento de tranquilidad y seguridad entre el caos y la destrucción de la guerra. Los fondos recaudados con la campaña de solidaridad de este año serán destinados a este proyecto, así como a la ayuda a familias refugiadas. 

Me gustaría, para acabar, agradecer de todo corazón, de parte del colegio y como escuela embajadora, la labor llevada a cabo en Járkov por Wojciech y el resto de Cáritas. Y también recordar a los que observamos todo desde la tranquilidad de nuestros hogares, que podemos contribuir con nuestro granito de arena a mejorar la situación allí. Mediante la campaña de solidaridad amigoniana de este año, a través de donaciones directas, o tan solo mediante la concienciación. Porque como decía Wojciech, la información es importantísima, y nos recordaba las palabras del Papa Francisco: “No podemos acostumbrarnos a la guerra.” 

Antonio Martin Suils 


 

 

 

 

 

 

1 comentario:

  1. Gracias, Antonio, por compartir este reportaje y recordarnos que el pueblo de Ucrania sigue necesitando nuestra ayuda.

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