Poesía y novela en los Colegios Amigó

 

Miguel Martínez y Carlos Ollo, poesía y novela en los Colegios Amigó

 

Miguel Martínez se alzó en octubre del año pasado con IV Premio Internacional de Poesía Jorge Manrique con su obra “Filosofía de la cuchara”, su tercer poemario. Por su parte, Carlos Ollo acaba de publicar su última novela, “Mortaja de barro”, su cuarto libro y el tercero de la serie de novela policiaca que comenzó en 2015 con “¿Quién con fuego?”. Profesores del Colegio Fundación Caldeiro y del Colegio P. Luis Amigó, respectivamente, hablamos con ambos sobre su pasión por la literatura y la pedagogía.

Profesor en Caldeiro desde 2009, Miguel da clases, sobre todo, de Filosofía en Bachillerato, pero también de Lengua y Ciencias Sociales en la ESO. Carlos también da clases en Secundaria, en su caso de Francés, y llegó al Colegio Amigó en el año 2015. Escritores por vocación desde hace muchos años, Miguel recuerda que empezó a escribir en la adolescencia: “No sé si escribía poemas o reflexiones o lo que me salía del cuerpo y del alma, pero escribía. Después, a los veintipocos años, empecé a leer poesía como un loco. Me entró un amor adictivo por la poesía y ya empecé a escribir poemas y hasta hoy tengo esa manía tan rara”. Carlos, por su parte, empezó a escribir en el colegio, a los 11 o 12 años: “Siempre he escrito, aunque tuve una década, cuando fui padre, que apenas escribí, tan solo tenía tiempo para leer y, si tenía que elegir, prefería leer a escribir”.

Aunque con cuatro novelas publicadas ya, Carlos recuerda que sus inicios como escritor no fueron en este género: “Durante muchos años escribí cuentos. Ingenuamente me parecía que era más fácil, cuando en realidad es mucho más difícil manejar el tiempo y ser conciso y expresar todo lo que quieres decir o caracterizar a un personaje en muy pocas páginas”. Su primer libro, “El cuaderno húngaro”, fruto de los años que vivió en Budapest, se publicó en 2014: “Tenía una idea, me aventuré a escribirla y conseguí que un editor se interesara en ella; él me ayudó a corregirla, durante tres años estuve reescribiéndola hasta que consideró que era publicable”.

Un año después vio la luz “¿Quién con fuego?”, la primera parte de su trilogía policiaca protagonizada por el inspector Faustino Villatuerta, su hija, la agente Nerea Villatuerta, y el subinspector Javier Erro, a la que han seguido “A la luz del vino” (2018) y “Mortaja de barro” (2020). Carlos reconoce que siempre le han gustado las historias policiacas y de misterio, “aunque no es el único género que leo, ni siquiera es el que más leo. Pero me apeteció probar con una historia policíaca, me dije que si se me ocurría el giro final que mantuviera engañado al lector lo haría y tuvo buen resultado”.

Tras “Mis pies de mono” (2014) y “Viajes a una fresa”, que ya fue Premio Ciudad de Badajoz 2016, Miguel conjuga filosofía y poesía con “Filosofía de la cuchara”, de la que el jurado del premio Jorge Manrique ha destacado “su voz originalísima”. Para él “la filosofía busca la verdad, y la poesía la belleza, pero no son cosas tan lejanas. Yo escribo poemas porque es un modo de pensar y hacer pensar en poco espacio. No hay pensamiento sin emoción. Yo quiero emocionar en los poemas y en las clases y hacerlo a través del pensamiento”.

Preguntado por cómo traslada su experiencia pedagógica en sus poemas y su pasión por la poesía en sus clases de Filosofía, Miguel hace hincapié en que su profesión de profesor le ha hecho poeta: “A veces me preguntan si desearía vivir de la poesía, porque tendría todo el tiempo del mundo para escribir, pero yo contesto que no, porque no sabría por dónde empezar. Uno tiene que tener una vida para poder escribir sobre ella y dar clases es mi vida. Algunos de mis mejores poemas son adaptaciones de alguna idea loca que se me ocurre para dar una clase”.

En el caso de Carlos, expone que su experiencia como profesor no tiene eco en sus novelas, aunque sí que intenta transmitir su pasión por los libros en sus clases: “Constantemente, a la menor ocasión, intento sugerir a mis alumnos lecturas aprovechando mi entusiasmo, que creo que es la mejor manera para que se animen a leer tal o cual libro. No todos leen con entusiasmo, pero a algunos les llega la iniciativa y descubren autores novedosos para ellos”.

Tanto Miguel como Carlos están trabajando ya en nuevas obras. “Las cosas que disfrutas haciendo no son trabajo. Aunque me tocara la lotería seguiría escribiendo poemas y dando clases de Filosofía, porque necesito compartir con los demás lo raro que es estar en este mundo. Y yo creo que conservaré esta manía hasta que me muera”, explica Miguel.

Carlos, por su parte, cambiará el género policiaco por una historia ambientada en África que comenzó a escribir el verano pasado: “Las empiezo siempre durante las vacaciones para darles un buen empujón y así tener ya el ritmo y poder continuar durante el curso”. “Espero que encuentre en un futuro una editorial que se anime a publicarla ya que es más complicado conseguir una editorial para este tipo de novela”, concluye.