Capitales europeas de la Cultura 2020

Capitales europeas de la Cultura 2020

Posted on 9 enero 2020 by Eurobitácora

Galway y Rijeka son las capitales culturales europeas para este año 2020. El nombramiento de capitales europeas de la cultura lleva funcionando desde 1985, con el objetivo de dar a conocer el patrimonio cultural y paisajístico de las ciudades europeas. El nombramiento supone para las ciudades un gran espaldarazo publicitario y por tanto económico: las ciudades hacen un esfuerzo por actualizarse urbanísticamente, organizar actividades y ello supone la garantía de tener más visitantes.

La ciudad de Galway, en Irlanda, se encuentra situada en la costa occidental de la isla, en su fachada atlántica. Es la tercera vez que una ciudad irlandesa recibe este nombramiento: antes fueron Dublín en 1991 y Cork en 2006. Fundada presumiblemente por los celtas, en la Edad Media se instalarían los normandos. Desde antes el siglo XIV, Galway mantuvo un fluido puerto, en el que adquirieron fama los intercambios con España y sus vinos. Esta ciudad, vertida al Atlántico, conoció la emigración de muchos de sus hijos, algunos de los cuales acabaron en Iberoamérica, especialmente tras la invasión de Irlanda por los ingleses. Hoy Galway es una ciudad moderna, que al revés que antes, acoge una buena cantidad de habitantes procedentes de otros países.

Por su parte Rijeka, es el más importante de los puertos marítimos de Croacia y se convierte en la primera ciudad croata que recibe esta distinción. Conocida también como Fiume (río en italiano), la ciudad perteneció a numerosos pueblos (romanos, dálmatas, croatas, venecianos) hasta que en el siglo XVI comenzó a formar parte del imperio austro-húngaro y por ello vivió los avatares propios de ese imperio. Tras la Primera Guerra Mundial, la ciudad fue disputada por italianos (gran parte de su población hablaba esa lengua) y el nuevo estado yugoslavo. En 1924 fue parte del estado italiano, hasta que después de la Segunda Guerra Mundial, pasó a formar parte de Yugoslavia. En ese periodo la ciudad se dobló en número de habitantes gracias a sus astilleros y su industria militar, favorecidas en gran parte por su temprana comunicación ferroviaria con Viena desde finales del siglo XIX. El lema que la ciudad ha escogido para celebrar ser capital cultural europea es: “Puerto de la diversidad”.